
A finales de diciembre del 2019, hicimos pelota entre 3 amigos y los 2 hijos de uno de ellos. ¡Queríamos pegar un buen tour por Guanacaste! Yo estaba encargado de llevarlos a conocer playas chivas. ¡Ellos tenían las esperanzas puestas en mí! ¡No podía defraudarlos! Así que con cuidado planifiqué la ruta y al final logré el cometido. Nuestro tour incluyó a Penca, Calzón de Pobre, Cabuyal, Cuajiniquil, Rajada y Rajadita.
Tenía tiempo de no presenciar un buen atardecer desde la playa, las últimas veces que había ido el clima no fue favorable. Estando en Playa Cuajiniquil, me senté en la orilla para disfrutar del momento, en eso llega Felipe de 7 años, y tuvimos esta pequeña conversación:
Feli: ¿Qué está haciendo?
Yo: Veo el atardecer ?.
Feli: ¡QUÉ ABURRIDO!
Esa expresión le salió de lo más profundo. La foto que ven fue segundos después.
¿A dónde voy con esto? Estos meses de cuarentena lo hacen a uno pensar. Saber que por muchos años dejamos pasar momentos irrepetibles por parecer “aburridos”, no tener tiempo o pereza. Hoy la mayoría estamos deseando que todo vuelva a la normalidad para salir a hacer eso que nos gusta y llena. Mientras más avanzamos en años, apreciamos más. Es una lástima todo eso que dejamos en el camino sin apreciar.
Recordemos que la vida es corta. No permitamos que excusas baratas nos hagan perdernos de cosas maravillosas.